Ello motivó una vez más a nacionalizar el comercio exterior de productos tradicionales, ámbito donde debe destacarse también el hecho de que en cuatro años las exportaciones a los países del bloque socialista pasaron del 3 al 11% del total.
No fue el único plano en que se exacerbó la presencia del Estado: también se centralizaron los depósitos, se limitó la inversión extranjera, se dispuso el incremento de salarios y el congelamiento de precios.
La muerte de Perón sumergió aún más en el caos a la política argentina, complicando al extremo el entramado gubernamental, empresarial y sindical que, sumado a un nuevo viraje en los precios internacionales, pondrían a la economía en una situación crítica.
El comercio estaría nuevamente regulado por una Ley de Abastecimiento en este caso la tristemente célebre Ley 20.680 la que, desde entonces y por muchos años, sería invocada para imponer sanciones, como por ejemplo las clausuras desde la órbita admnistrativa.
Para marzo de 1975, la inflación mensual se acercaba al 50% y el déficit fiscal se proyectaba en 12,5% del producto. Una vez más, la Argentina iba camino de una dictadura militar.
Contenido relacionado
Agenda de actividades
Videos CAC
Newsletter MERCURIO