Natalio Mario Grinman
Carta del Presidente
“Hay décadas en las que no pasa nada, y hay semanas en las que pasan décadas”, dijo alguien alguna vez, queriendo señalar que a menudo la historia concentra acontecimientos y cambios en un tiempo breve.
Para nuestra Cámara y para la Argentina en general, el 2024 fue uno de esos años especiales, signados por hitos y transformaciones de envergadura. La presente Memoria tiene la menuda tarea de sintetizarlos. Algunas de esas cuestiones estaban previstas. No debería llamar la atención de nadie que una entidad fundada en 1924 celebrase en 2024 su centenario. Pero una cosa es anticiparlo y otra muy distinta es vivirlo. Las exigencias del 100° aniversario de la CAC fueron múltiples: desde la publicación de un libro con la historia de la institución –íntimamente entrelazada con el devenir argentino y mundial–; hasta la organización de un masivo encuentro con discursos, homenajes, festejos y cientos de invitados; pasando por el diseño de un logo conmemorativo y la realización de un spot institucional difundido por los principales medios de comunicación. Otros fenómenos del 2024, en tanto, fueron en buena medida inesperados.
Me refiero fundamentalmente a las transformaciones encaradas por el Presidente Milei. Después de largos años de estatismo, cierre de la economía y emisión monetaria descontrolada –que llevaron a la Argentina a una situación de franco declive y nos colocaron al borde de la hiperinflación–, los argentinos observamos con sorpresa cómo el nuevo Gobierno encaraba sin demora cambios radicales, cuyos primeros frutos ya resultan evidentes, siendo el desplome de la inflación su rasgo más nítido.
Para la CAC, una institución que desde sus inicios enarboló las banderas de la iniciativa privada y la libertad económica, fue una enorme satisfacción ver que muchas de esas ideas por las que tanto había bregado finalmente se pusieran en práctica. Sin perjuicio de ello, debe consignarse que los cambios exigieron un cuantioso trabajo, toda vez que la CAC, como entidad gremial empresaria, llevó a cabo una permanente labor de articulación entre el sector representado y las autoridades nacionales, a fin de colaborar con el adecuado diseño e implementación de las múltiples medidas. Cabe destacar que las dos cuestiones que marcaron el 2024 de la CAC –el centenario de la Entidad y la presidencia transformadora de Milei– tuvieron su punto de encuentro la noche del 7 de noviembre, el día exacto de nuestro centenario, en la que realizamos un cóctel que reunió a socios, funcionarios y amigos de la Institución; y que contó con la presencia del Presidente de la Nación, que dirigió un extenso y pormenorizado mensaje en el que detalló las reformas en curso y planteó un horizonte signado por las ideas de la libertad. Debe señalarse que, en simultáneo a lo recién narrado, durante 2024 la Entidad siguió adelante con otras tantísimas tareas que en esta Memoria también se resumen. A modo de ejemplo, puede mencionarse que se llevaron a cabo las negociaciones paritarias de trabajadores mercantiles y de viajantes de comercio –efectuadas con alta frecuencia debido a la elevada inflación heredada de la administración anterior–; que se desarrolló la Asamblea Ordinaria, a fin de renovar parcialmente los ámbitos de conducción de la Cámara; y que por 21° año consecutivo, Americas Society / Council of the Americas, en asociación con la CAC, organizó la tradicional jornada “Argentina: perspectivas económicas y políticas”, que por primera vez contó con la disertación de un Presidente de la Nación. En materia internacional, la CAC mantuvo la titularidad del capítulo nacional de la Cámara de Comercio Internacional, a la vez que desarrolló una importante labor en espacios tales como la Federación Mundial de Cámaras, el BIAC (el brazo privado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), la Cámara de Comercio Latina de los Estados Unidos, el Consejo de Cámaras de Comercio del Mercosur y la Organización Internacional del Trabajo y el Business 20. En paralelo, continuó ejerciendo la vicepresidencia de la Asociación Latinoamericana de Exportadores de Servicios; y en el marco de una Asamblea de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios de la que fuimos sede, fui electo para presidir dicha organización.
Simultáneamente, la tradicional tarea educativa de la Cámara siguió adelante: el área de Desarrollo Profesional renovó su oferta educativa gratuita de alcance federal, a la par que el Instituto Privado CAC y la Universidad CAECE desarrollaron sus labores con la calidad que los caracteriza, apostando permanentemente por la innovación y la excelencia académica. En definitiva, queda claro que 2024 fue un año de gran esfuerzo para la CAC, pero también de gran satisfacción. Huelga decir que lo logrado por la Institución no es mérito individual de nadie, sino que es fruto del profesionalismo y el compromiso de tantísimos hombres y mujeres que conforman la Cámara: directivos, socios, integrantes de las comisiones asesoras, miembros del staff y colaboradores de la Entidad en general. A todos ellos mi reconocimiento por lo alcanzado y mi arenga para que en los años por venir seamos capaces de afianzar nuestro aporte en pos de esa Argentina libre y próspera que tanto anhelamos