
Natalio Mario Grinman
Carta del Presidente
Son frecuentes los ejercicios que consisten en elegir una sola palabra para caracterizar un período de tiempo. Consciente de la imperfección que esto implica porlos muchos aspectos que forzosamente se omiten, estoy bastante seguro de que un término que bien podría resumir lo que fue 2022 es “incertidumbre”.La incertidumbre es algo que, lamentablemente, caracteriza desde hace tiempo a lavida cotidiana de los argentinos, pero en el último año pareció extenderse a buena parte del globo. Cuando la pandemia del covid-19 parecía estar medianamente controlada, la guerra estalló en Europa, luego de que Rusia invadiera Ucrania. Más allá del drama humanitario que implica (y de los riesgos para la supervivencia de la civilización toda, por tratarse de una potencia nuclear), en materia económica podemos destacar que las cadenas de suministros temblaron, se dispararon las cotizaciones de diversos productos (en particular de los combustibles) y la inflación delas economías centrales se aceleró. En el plano local, en tanto, también tuvimos un año agitado y en buena medida imprevisto, que incluyó desde un fallido atentado contra la vicepresidenta de la Nación que conmocionó a todo el país, hasta una sequía de enormes proporciones –con impacto directo sobre el agro pero con repercusiones en toda la economía nacional– y reiterados cambios en la conducción de la política económica que incluyeron tensiones financieras y cambiarias, para cerrar el año con un conflicto en ciernes entre el Poder Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia. En este contexto, la CAC continuó dando lo mejor de sí en pos del progreso del sector representado y del conjunto de la economía nacional. Las páginas de la presente Memoria sintetizan esa labor permanente. En las líneas que siguen en la siguiente carta, tan solo menciono algunas de ellas, que por su envergadura considero oportuno destacar. Negociamos las paritarias de empleados de comercio y de viajantes de comercio –algo particularmente desafiante en un contexto de aceleración inflacionaria–, efectuamos múltiples gestiones ante diversas reparticiones públicas –incluyendo audiencias y reuniones con ministros nacionales y secretarios de Estado– y reforzamos nuestros vínculos con ambas cámaras del Congreso Nacional. Simultáneamente, y tras dos años en los que esto no fue posible por la pandemia de covid-19 y las restricciones asociadas, realizamos masivos eventos en Buenos Aires y en el Interior del país, en conjunto con entidades socias. Asimismo, mediante una Asamblea Extraordinaria, procedimos a la modificación parcial de nuestro Estatuto Social a fin de modernizarlo, lo que incluyó una adecuación al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación y a las alternativas que las nuevas tecnologías permiten, como ser las comunicaciones y reuniones por vía electrónica. En el plano internacional, afianzamos nuestra presencia en importantes organismos, manteniendo la presidencia del capítulo argentino de ICC y asumiendo la vicepresidencia regional para el Cono Sur de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios; también integramos el Consejo General de la Federación Mundial de Cámaras (WCF); tuvimos una activa participación en elB20 de Indonesia; continuamos con nuestras actividades en el BIAC (el brazo privado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el Foro Consultivo Económico y Social del Mercosur, la Cámara de Comercio Latina de los Estados Unidos (CAMACOL) y el Consejo de Cámaras de Comercio del Mercosur; y participamos en la cumbre de la Organización Internacional del Trabajo; a la par que firmamos nuevos acuerdos de colaboración con instituciones del exterior. En materia educativa, modernizamos nuestro sector de capacitación, que pasó a denominarse Desarrollo Profesional, al tiempo que el Instituto Privado CAC continuó consolidando su labor y nuestra casa de altos estudios, la Universidad CAECE, amplió su oferta académica con el lanzamiento de nuevas carreras de grado y posgrado, tanto en modalidad presencial como a distancia. Asimismo, continuaron con sus actividades la Usina de Emprendedores, el Observatorio de Productividad y Competitividad y el Centro de Inteligencia Artificial, instalados desde este año en Espacio Chutro, un moderno predio ubicado en el Distrito Tecnológico del barrioporteño de Parque Patricios. En definitiva, 2022 fue un año desafiante, en el que la Cámara Argentina de Comercio y Servicios dio una vez más muestra de lo que sabe hacer desde hace ya casi 100 años: “promover, estimular, prestigiar y defender” al sector representado, “conforme a los principios de libertad económica e iniciativa privada, de responsabilidad social y del interés general”, tal como establece nuestro Estatuto. Por último, manifiesto mi agradecimiento a los directores, miembros de las comisiones asesoras, socios y colaboradores de la CAC por el permanente esfuerzo y compromiso que manifiestan para con la Entidad, algo especialmente valioso en un contexto tan incierto como el que señalé previamente. Con su labor diaria colaboran al progreso de la Institución, del sector representado y de nuestro querido país en su conjunto.